Diente de león (leontodon autumnalis)
Su hábitat lo constituyen prados, cunetas, cultivos y eriales. Es una planta vivaz de raíz corta, fusiforme y carnosa; hojas en roseta basal con el margen dentado; pedúnculo floral hueco y flores amarillas; frutos pardos con un vilano sobre el largo pico. Florece durante todo el año. Tiene numerosas brácteas que se abren cuando hace sol y se cierran al anochecer o con el tiempo desapacible. El ovario, esférico, está cubierto de pequeños frutos, cada uno provisto de un plumón en su extremo.
Está dotado de diversos componentes activos como aceite esencial, alcaloides, taninos, vitaminas A y B, sacarosa, gluten, potasio y caucho en el látex. Tiene propiedades medicinales tanto para uso interno como externo. Con respecto al primero señalemos que es estimulante de la función hepática y biliar; diurética pues estimula la producción de orina; elimina toxinas en la sangre, colesterol, ácido úrico y diabetes, en fin, favorece la expulsión de las piedras del riñón (infusión de hojas secas). Como uso externo se aplica a la piel en forma de emplasto contra moratones, heridas y llagas; el látex ha sido empleado para tratar verrugas y erupciones de la piel; en baños locales se tratan varices y hemorroides. Destaquemos también sus propiedades alimenticias pues como verdura el diente de león es rica en vitaminas A y C y en ácido fólico (ayuda a proteger el feto contra las malformaciones); contiene muchos minerales: potasio, magnesio y calcio (prevención contra la osteoporosis, enfermedades circulatorias e hipertensión, tras las espinacas es la verdura que aporta más calcio); es el alimento vegetal más rico en hierro (contra la anemia).