El Ramo
Hasta mediados del siglo pasado en la comarca existieron manifestaciones religiosas populares. Nuestra tradición mantuvo fundamentalmente tres actos litúrgicos populares leoneses: La Corderada (auto navideño leonés por excelencia), El Rosario de la Buena Muerte y Los Ramos de Velas. Los tres tenían mucho en común. Vamos a exponer algunos apuntes relacionados con el tercero. La guerra civil española fue el motivo tratado en las dos últimos ramos que se celebraron el Villafer, el primero en 1939 y el segundo en 1956 cuyo protagonista fue José Martínez Pérez y se ofreció el domingo 7 de octubre, nuestra Señora del Rosario de 1956.
Las motivaciones para ofrecer un Ramo fueron diversas: podían tener un carácter festivo litúrgico (se cantaban en la iglesia el día de Noche Buena), a veces estuvieron relacionados con los “ Mayos” y las “Marzas” y en otras ocasiones consistían en cantar las Glorias y Favores de un santo. El de José tuvo esta última finalidad:
“… aquí viene este devoto,
de buena fe acompañado,
a darte rendidas gracias
por el bien tan alcanzado,
librándome de la muerte
cuando estaba peleando…”
La estructura material del Ramo consistía en un triángulo de madera con una cruz del mismo material engastado en un vástago para facilitar el transporte a la vista de todos. La ofrenda era la cera de las velas encajadas en el triángulo; el soporte se guardaba para otras celebraciones de Ramos. Todo ello se adornaba con cintas de terciopelo, costumbre que entroncaba con la tradición de adornar a los animales que se sacrificaban con cintas y guirnaldas.
En cuanto al ritual de los Ramos señalaremos que las mujeres eran las encargadas de cantarlos, o solo las casadas o solo las solteras, como fue en el último celebrado en la localidad:
“ Y nosotras, jovencitas,
a Vos, Virgen Soberana,
conmemorando tu fiesta
te ofrecemos nuestras almas”
El Ramo lo llevaba un hombre que se encargaba de recitar unos versos de entrada y de despedida. Todo el pueblo asistía desde sus sitios de costumbre a la representación. El cura presidía la reunión desde el presbiterio sin otra participación.
El texto estaba compuesto por un número variable de estrofas de cuatro versos octosílabos de rima asonante o consonante; abundan los tópicos y repeticiones de ideas y de fórmulas; lo propio de cada Ramo era la entrada y la despedida que solía recitar el portador del Ramo. Éste constaba de tres partes bien definidas. La primera consistía en los Cantos de Entrada (fuera del templo) que solían ser de cortesía ya que se pedía permiso para entrar en la iglesia y se hacía la invitación a tomar agua bendita:
“ Y tomando agua bendita
con ella nos santigüemos
para limpiar las conciencias
pues faltas todos tenemos”.
La segunda parte era la Central en la que se repetía el fin de la ofrenda del Ramo, se agradecía el favor recibido y se alababa al santo o santa (en nuestro caso a la Virgen): un relato detallado del amparo y protección de María al soldado o la descripción de los desastres de la guerra.
La última parte son los Cantos de Despedida: constituía un reconocimiento de los poderes y bondades divinos.
El cuanto al significado de los Ramos de Velas podemos destacar estos aspectos:
o Religioso popular en el sentido de que era una manifestación de culto del pueblo. Al finalizar la guerra civil se cantó un Ramo en acción de gracias porque había vuelto a casa un hijo del pueblo aunque la desgracia pudo haber caído sobre más soldados. El motivo de esta desgracia era la guerra, es decir, una causa general no deseada. La religiosidad popular es comunitaria y el carácter comunitario de los Ramos quedaba patente porque todo el pueblo participaba. El sacerdote sólo presidía. El Ramo se cantaba y ofrecía sólo por el pueblo; la función del cura era meramente honorífica.
o Ritualismo mágico
o Carácter social ya que asistían todos al acto, ponían en común una seria de debilidades personales por todos conocidas y podían pedirse perdón unos a otros.
Ramo final de la guerra civil española
(texto completo)
Con la toma de Madrid el 28 de marzo de 1939 por las tropas nacionales, la guerra civil española estaba prácticamente finalizada. Ricardo Manso Pérez versificó un Ramo deseando que tanto los voluntarios como los soldados volviesen pronto a casa y que los numerosos huérfanos y viudas que había provocado la contienda pudiesen rehacer sus vidas.
Cantos de Entrada
Son estrofas de cortesía. Las jóvenes cantoras, a las puertas de la iglesia, piden permiso para entrar. Manifiestan el motivo del Ramo: exponen los deseos compartidos de que la guerra civil finalice totalmente y que las malas secuelas se solucionen.
Parte Central
Insisten en los motivos del Ramo. Se pide a la Virgen que acabe pronto la guerra que ha dejado miles de huérfanos y viudas en toda España. Se invoca a San José como mediador para conseguir las peticiones.
Cantos de Despedida
Piden a la Virgen que quienes han protagonizado el acto estén libres del mal.
Ú l t i m o R a m o
(texto completo)
Durante la Guerra Civil española (1936-1939) varios jóvenes de Villafer fueron llamados a filas; uno de ellos fue José Martínez Pérez. Su madre prometió ofrecer un Ramo de Velas a la Virgen del Rosario si su hijo volvía vivo de la contienda. Los autores del texto fueron D. Ricardo Manso Pérez, vecino del pueblo, que se encargó de las estrofas de los Cantos de Entrada y de la Parte Central y D. Evencio Alonso Clemente que versificó La Despedida. Ambos compositores emplearon estrofas de cuatro versos con rima asonante (coplas), estructura muy adecuada de los Ramos para ser cantados con música de otras canciones religiosas conocidas. La fecha del ofrecimiento fue el 7 de octubre de 1956, nuestra Señora del Rosario, el escenario la sacristía y pórtico de la vieja iglesia parroquial.
C a n t o s d e E n t r a d a
Son estrofas de cortesía; las jóvenes piden acierto a la Virgen para cantar el Ramo. Se hace invitación a tomar agua bendita antes de entrar en la iglesia.
C o r o d e l a s j ó v e n e s
P a r t e C e n t r a l
Dividida en dos momentos. En el primero interviene el Coro de las jóvenes; repiten el motivo del Ramo; dan gracias por el bien recibida, enumeran de los riesgos de la guerra, presentan al oferente y suplican la bendición de María. El segundo momento lo protagoniza el oferente. Se presenta y da gracias por haber conservado la vida y recuerda a los jóvenes de Villafer fallecidos en el frente. Éstos fueron: en el 36, Lucinio Chamorro; en el 37, José Fernández y en el 38, Clemente Colinas, Isidro Pastor, Marcelino Carnero, Alejandro López, Aniano Mancha, Manuel Vecino y Manuel Páramo. “… por noticias recibidas/ de otros hijos de este pueblo/ que allí quedaron sus vidas”. “ Cuántas veces a mi lado/ vi caer mis compañeros/ aquí heridos, allí muertos…"
C o r o d e l a s j ó v e n e s
C a n t o d e l o f e r e n t e
C a n t o s d e D e s p e d i d a
Es un canto de reconocimiento de los poderes y bondades de la Virgen; desean que el nuevo templo del pueblo sea pronto una realidad.