Antes de la llegada de los romanos habitaban la Península una gran variedad de pueblos a los que de forma genérica se les denomina prerromanos. En el noroeste predominaron las culturas celta y vaccea. La conquista de la Península por Roma fue un hecho decisivo; tras la guerra llegó la romanización: fenómeno económico, social, cultural y político por el que se difundieron la cultura, la lengua, las leyes y costumbres de Roma en los territorios conquistados; los habitantes prerromanos asimilaron lentamente el proceso. Con la dominación romana penetró en Hispania el cristianismo.
Roma creó una administración territorial en Hispania: provincias, conventus y populus. Este último era una demarcación que carecía de centros urbanos y mantenía una organización indígena al estar en zonas menos romanizadas. El emperador Caracalla otorgó la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio en el 212.
El sistema agrario indígena buscaba el autoabastecimiento; el sector agropecuario seguía siendo el más importante; la caza y la pesca aportaban también alimentos. Debido a la crisis del siglo III la artesanía del hierro decayó dado el elevado coste del mineral, las herramientas se encarecieron y los arados se fabricaron solo de madera con lo que su eficacia disminuyó.
En el curso medio del Esla existieron varios asentamientos tardorromanos, dos de ellos se encuentran en Villafer. En el enclave de Los Arreñales (ver mapa 3 y foto 1) han aparecido restos de cerámica: Terra sigillata Hispánica Tardía (cerámica romana de color rojo brillante), de materiales constructivos como tégulas (teja plana romana), ímbrices (teja curva romana) y ladrillos.
Seguimos el análisis que de estos hallazgos nos hacen los historiadores Mª Luz González Fernández y Fernando Pérez Rodríguez-Aragón. “Las evidencias arqueológicas aunque escasas, permiten establecer una atribución cultural tardorromana segura, y alto medieval, posibles, para este lugar. El repertorio material está compuesto por Terra Sigillata Hispánica Tardía y diversos fragmentos de cerámica común romana, junto a los que aparecen también cerámicas torneadas de cocción reductora que en algún caso muestran decoración de líneas horizontales a peine. El conjunto se completa con restos de material constructivo –fragmentos de tégulas, ladrillos, ímbrices”. “El curso medio del río Esla durante la antigüedad tardía”.
El segundo yacimiento que nos aporta materiales de la época romana es el de Belvís-Casa Vieja (ver mapa 3 y foto 8). En este caso se trata de una tumba tardorromana (fotos 10, 11, 12 y 13; Arqueóloga: Mari Luz González Fernández Excavación arqueológica de una tumba romana en Villafer. Depositado en el Servicio Territorial de Cultura de León ). Seguimos a los mismos autores y obra. “En este enclave se ubica un cementerio tardorromano, del que formaba parte una tumba descubierta accidentalmente en 1994, al realizar labores agrícolas, que fue objeto de una intervención arqueológica. La excavación realizada permitió documentar una sepultura orientada en sentido Oeste-Este y construida con muretes de ladrillos, que presentaban una cubierta del mismo material resuelta mediante la técnica de aproximación de hiladas. En su interior se identificaron los restos incompletos de dos cadáveres, recuperándose además varios clavos y cantoneras de hierro pertenecientes al ataúd. Su tipología se encuentra dentro de lo habitual en el mundo funerario tardorromano bajoimperial”. Mª Luz González Fernández, 1994.
Conocemos muy poco de los yacimientos de la época visigoda en la provincia de León.