(galerida cristata)
Relativamente abundante en el sur leonés, aprecia los espacios abiertos sin excesiva cobertura vegetal: campos de cultivos entremezclados con barbechos, rastrojeras y perdidos, caminos rurales, eras, solares sin edificar, calles en los límites de los poblado, es decir, áreas muy humanizadas. La población es sedentaria; su amenaza está relacionada con el cambio de los usos del suelo, la intensificación agraria y la mecanización del laboreo, la abundancia de gatos cimarrones…; pesa unos 40 g.; no tienen dimorfismo sexual (no es posible diferenciarlos por el plumaje); la cabeza provista de ceja y collar de tonos blancos presenta una llamativa cresta de plumas de color oscuro que se aprecia incluso cuando está plegada; en vuelo se puede observar que la parte inferior de las alas son de tonos rojizos; en las partes superiores del cuerpo abundan los colores pardo y arena y en las inferiores los claros; la cola es oscura; suele permanecer mucho tiempo en el suelo; también canta en vuelo: incluye sonidos largos y suaves, silbidos cortos, trinos…
Nido de cogujada común
Suelen vivir en parejas e inician el período reproductivo en abril y lo prolongan hasta agosto; el nido lo construye la pareja en el suelo y es tapizado con raíces y hierbas secas y pelos; las puestas suelen ser al menos dos, de 3 a 7 huevos incubados por la hembra durante 13 días; el macho utiliza el canto tanto en el suelo como en vuelo para delimitar su territorio; ambos padres ceban a las crías nidícolas con hormigas, arañas, polillas, brotes tiernos, semillas… Por la comarca se mantiene de momento su densidad; en el “Catálogo Nacional de Especies amenazadas” se considera a nuestra cucuruteja como “De interés especial”.
