(hieraaetus pennatus)
Son originarias de África y de Asia central. Del tamaño de un ratonero la hembra, más corpulenta que el macho, llega a pesar 1 kg. Son las águilas más pequeñas y las únicas, junto con las culebreras, que se pueden observar en nuestra zona; tienen una constitución muy vigorosa.
La cabeza es grande en proporción al cuerpo, alas alargadas, plumaje compacto, torso bien emplumado hasta el nacimiento de los dedos (semejan unas calzas, de ahí su nombre).
Presenta variedades en su coloración: en vuelo, su color blanco contrasta con las alas que son oscuras. Pueden cazar reptiles (lagarto ocelado), mamíferos (conejos y otros roedores) y aves de pequeño y mediano tamaño (perdiz, paloma, gorriones…).
Llegan de África a principios de abril y la pareja ocupa el territorio de cría de la temporada anterior. El nido se asiente sobre una horquilla o una gruesa rama; los dos miembros cooperan en su construcción; la hembra deposita dos únicos huevos verduscos, redondeados y de cáscara rugosa en un intervalo de 48 horas. Tras la eclosión las crías permanecen en el nido unos 50 días; la madre no lo abandona hasta que los aguiluchos tienen un mes. Con el vuelo comienza el período de aprendizaje en la caza acompañados de sus progenitores. Vuelan en círculos aprovechando las térmicas: cuando localizan una presa emplean el picado como técnica de caza. En otoño emigran a África.
