(upupa epops)
El “cucús” es un ave inconfundible de nuestra fauna cercana; migradora - pasa el invierno en África subsahariana- mide unos 27 cm. de longitud; plumaje anaranjado-pardusco en las alas y la cola presenta franjas negras y blancas, pico largo y curvo; lo más llamativo de su cabeza es el original copete formado por 25 plumas recogidas hacia atrás de color pardo-rojizo con las puntas negras que abre en forma de abanico cuando está excitada; sus redondeadas alas y cola blancas tienen un amplio listado de color negro; vuelo ondulante; sin dimorfismo sexual aunque el macho presenta un tono rosado en la pechuga y la garganta. Prefiere las regiones secas, montes y zonas de matorral; frecuenta el suelo donde, con paso rápido, introduce el pico en la tierra blanda y en estiércol para capturar invertebrados: grillos cebolleros, larvas de coleópteros, escarabajos adultos, orugas, crisálidas de mariposas, saltamontes, lombrices de tierra…
Durante las migraciones viaja en pequeños bandos aunque lo normal es que viva solitaria o en pareja. El celo comienza en abril. El macho con el pico hacia el pecho, encelado, emite un canto trisílabo “up-up-up” que da origen a su nombre científico onomatopéyico. Anida en cavidades de árboles, muros y majanos o debajo de las tejas; suele realizar una sola puesta de 5 a 8 huevos gris claro crema que la hembra incuba mientras el macho la alimenta. La clueca y los polluelos cuando son asustados en el nido por un intruso pueden disparar un chorro de líquido oleoso pestilente que segrega la glándula uropigial.