(dipsacus fullonum)
Planta bienal, puede alcanzar hasta 2 metros de altura; suele tener tres tallos espinosos y rectos: uno central y dos laterales opuestos. Sus hojas están soldadas en la base formando un recipiente que recoge el agua de la lluvia (baño de Venus). La flor de color rosado lila aparece en cabezas espinosas y cónicas; florece de julio a agosto. Su hábitat: suelos húmedos algo nitrificados, zonas incultas, prados frescos y en cercanías de ríos o cursos de agua menores.
En el pasado se utilizó para cardar lana, de ahí otra denominación: cardo de cardadores Como casi todos los cardos la cardencha es diurética. Toda la planta y especialmente la raíz, que se recolecta en otoño, contiene un glucósido, ácido salicílico y sales de potasio; esto explica sus propiedades medicinales.
La raíz es un buen depurativo de la sangre. Resulta útil para el exceso de líquido en los tejidos, exceso de ácido úrico, es buena para eliminar el acné, eczemas y erupciones. Uso: decocción de 40 a 50 gramos de raíz triturada en 2 litros de agua; hervir hasta que el agua se reduzca a la mitad, filtrar y edulcorar con miel.
Resulta tóxica en dosis concentradas y peligrosa para embarazadas, por eso sólo se recomienda su uso bajo control médico. La raíz macerada en vino sirve para curar heridas. También se emplea en la confección de licores ligeramente amargos. Los jilgueros con su largo pico extraen sus semillas.