Decir refranes, es decir verdades.
Por la facha y por el traje se conoce al personaje.
Manos que no dais, ¿qué esperáis?
Repicar y andar en la procesión implica contradicción.
Cabras, viñas y huertas, su amo a la puerta.
Poco es vivir, y mucho, saber vivir.
Chilla pero trilla.
Mientras vengo y voy, vivo estoy.
El que puede y no quiere, cuando él querrá no podrá.
El que a los suyos se parece, honra merece.
Entre padres y hermanos, no metas tus manos.
Si el hijo sale al padre, de duda saca a la madre.
A rico no debas, y a pobre no prometas.
Al pobre no es provechoso acompañarse con el poderoso.
Dádivas y buenas razones, ablandan piedras y corazones.
Hombre pobre, con poco se alegra y socorre.
Más vale algo que nada.
Mejor es ser envidiado que apiadado.
Tanto tienes, tanto vales.
Al vino llamamos vino, porque del cielo nos vino.
Donde algo se gana, no se pierde nada.
Las visitas placer dan, si no cuando llegan, cuando se van.
La verdad y la quina, porque amargan son medicina.
Preguntar al tabernero si es bueno el vino, es gran desatino.
El café en taza; y los toreros en la plaza.
Aurora rubia, o viento o lluvia.
Buena es la nieve que en su tiempo viene.
Cielo empedrado, suelo mojado.
Cada gallo canta en su gallinero y el español en el suyo y en el mundo entero.
El español fino, con todo bebe vino.
En España pasa por tonto el que no apaña.
La ropa sucia, en casa se lava.
A padre guardador, hijo gastador.
Al hijo querido, el mayor regalo es el castigo.
Primavera fría, cosecha tardía.
La mejor teja, la más vieja.
Gran tormenta, a los débiles amedrenta.
Cada día un día más, y todo se queda atrás.
Para tu hijo, el cielo; para tu yerno, un cuerno.
Quien no quiere, no puede.
Antes seas deseado que visitante pesado.
Quien el fuego busca, si no se abrasa, se chamusca.
El melón y el casamiento, ha de ser con tiento.
Quien compra lo que no puede, vende lo que le duele.
Día de agua, taberna o fragua.
El necio es atrevido y el sabio, comedido.
Abril, aguas mil, cernidas por un mandil.
Agua en San Juan, quita vino y no da pan.
Al invierno lluvioso, verano abundoso.
Año de nieves, año de bienes.
Después de comer miel, nada sabe bien.
De buena simiente, fruto excelente.
Quien siembra en viña, ni siembra ni vendimia.
Lo trasplantado, apretada la tierra y bien regado.
Quien quiere la rosa, aunque se pinche, no se enoja.
Tropezar no es caer, sino aplazarlo para otra vez.
Está en ventura el ganar y en cordura el conservar.
No cogerás mucho por bien sembrado, sino por bien abonado.
Buen vino y sopas hervidas, le alargan al viejo la vida.
A juventud ociosa, vejez trabajosa.
A quien trabaja, el día nunca le parece largo.
Aunque solo fuese por el gusto de descansar, todos deberían trabajar.
Dudoso es heredar y seguro trabajar.
El propósito de trabajar, es llegar a descansar.
El que de joven no trabaja, de viejo duerme en la paja.
A caballero nuevo, jinete viejo.
Amor mal correspondido, ausencia y olvido.
Adonde el corazón se inclina, el pie camina.
Úntate con aceite: si no sanares, quedarás reluciente.
No alabes ninguna jornada hasta que no sea terminada.
Cuando chilla el mochuelo, pronto se moja el suelo.
Mejor duerme el que debe que a quien debes.
Quien siembra a su hora, más veces se ríe que llora.
Contra el ábrego no hay abrigo.
No comerá mucho quien come mucho.
Más vale rodear que rodar.
Entre deudas y deudos, las deudas prefiero.
Los que a ladrones se pasan, cuando los asen los asan.
Por si yerra la cura, venga el cura.
Ay del que dice ¡ay!, y lo dice porque no hay.
Hambriento y hambrón, dos cosas distintas son.
Ser y al par no ser, no puede ser.
Por mal camino nunca se va a buen lugar.
Pide a Dios y a los santos, pero echa estiércol en tus campos.
Dime lo que aborreces y te diré de lo que careces.
Con carne nueva, vino viejo y pan candeal, no se vive mal.
Gastar poco y comer bien, no puede ser.
En el prado de santa Justa, Dios los cría y ellos se juntan.
Caro compro y barato vendo; si tú no me entiendes, yo me entiendo.
Quien sembró espinas, no espere coger clavellinas.
Si cazaras, no te alabes, si no cazaras, no te enfades.
Quien bien te quiere te hará sufrir; y quien mal, reír.
Quien habiendo manzanilla bebe cerveza, ha perdido la cabeza.
Desde la cabeza hasta el rabo, todo es rico en el marrano.
Del rico al pobre no va más que el nombre.
Acelgas al mediodía y a la noche acelgas, mal me andarán las piernas.
A las cosas menudas el alguacil acuda, y a las grandes, el señor alcalde.
Sembrar algarrobas delante de las palomas es llamarlas para que coman.
Administrar y no comer de lo administrado, caso es que nunca se ha dado.
Cuando mucho llueve, ¿qué hemos de hacer sino dejarla caer?
¡Qué bueno es no hacer nada y luego descansar!
Cuando al pastor se le muere la oveja, paga con la pelleja.
No hay mejor lotería que el trabajo y la economía.
A quien vive pobre por morir rico llámale borrico.
Año hortelano, más paja que grano.
De buena casa, buena brasa.
Si te interesan tus siembras, fíjate en las cabañuelas.
A la luna blanca, cobertor y manta.
Más vale prevenir que lamentar.
Amor con hambre no dura.
A palabras necias, oídos sordos.
Donde fueres, haz lo que vieres.
Preguntando se llega a Roma.
Una golondrina no hace verano.
A otro perro con ese hueso.
El que se excusa, se acusa.
Gota a gota, la mar se agota.
Un clavo saca otro clavo.
Caras vemos, corazones no sabemos.
No se hizo la miel para la boca del asno.
El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón.
Al pan pan y al vino vino.
A la chita callando, hay quien se va aprovechando.
Cuando el gato está ausente, los ratones se divierten.
Tropezar y no caer, adelantar camino es.
La voz del culo no tiene remedio ni disimulo.
El que ríe el último es el que no ha entendido el chiste.
Cada día que amanece, el número de tontos crece.
El que esté libre de pecado no sabe lo que se pierde.
El que madruga encuentra todo cerrado.
El que sabe, sabe; y el que no, es jefe.
Abogado, juez y doctor, cuanto más lejos, mejor.
Nadie sabe lo que tiene hasta que ordena su cuarto.
No renuncies a tu sueño, sigue durmiendo.
El eco siempre tiene la última palabra.
A la luz de la vela, no hay mujer fea.
Celos y envidia, quitan al hombre la vida.
Como se vive, se muere.
Con vino y vida tranquila la vejez llega de maravilla.
Cuando empezaste a vivir, empezaste a morir.
Cuando termina la vida de la escuela, comienza la escuela de la vida.
De oportunidades perdidas se encuentra llena la vida.
A los quince el que quise, a los veinte el que quiso mi gente y a los treinta el que se presenta.
Amar sin ser correspondido es tiempo perdido.
Amar sin padecer, no puede ser.
Amar y no ser amado es tiempo mal empleado.
Amor por interés, se acaba en un dos por tres.

 

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