A principios de este noviembre la vegetación local nos está ofreciendo un efecto llamativo posiblemente debido a las suaves temperaturas y a la abundante lluvia registrada en octubre (71 lm2): su ciclo biológico se ha desajustado tanto en el peral silvestre (pyrus cordata) como en el majuelillo o espino albar (crateagus monogyna) y han activado la floración sin respetar el lógico reposo.

22floracion01
Peral en flor

Ambas especies tienen forma arbustiva con espinos y flores blancas; se encuentran en el pago de Las Calabazas. El primero ha servido de patrón para injertar (como muy bien sabe Carlos); su fortaleza le permite tolerar la contaminación atmosférica pero no el cambio climático. Por su parte el espino albar conserva los frutos (aquí llamados abronillos) maduros de este verano  (suelen alimentar a aves pero también a mamíferos carnívoros como la garduña) que conviven con las inesperadas y sorprendentes flores otoñales.

22floracion02
Majuelillo con frutos y flores