Hasta el siglo XVI el guisante (pisum sativum) se empleaba como grano seco o forraje; a partir de esa época también se utiliza en fresco. En la presente campaña agrícola parte de una parcela local (concretamente 8.5 Ha) se destinó a la producción de guisantes verdes, regados con el sistema automatizado. Esta leguminosa exige tierra fresca, bien aireada y mullida y un riego frecuente y copioso. Se puede cultivar en invierno y primavera puesto que tolera bien las heladas; las vainas, de las sucesivas floraciones, tienen una longitud de 7 cm y suelen contener 9 semillas de distinto calibre según la maduración; todas son destinadas a la industria conservera y de congelación; el guisante fresco es fuente de minerales y de fibra y aporta azúcares; el resultado de la cosecha es óptimo cuando el grano está tierno y dulce (el azúcar aún no se ha transformado en almidón, que lo endurece); para recolectarlos ( siempre con temperaturas bajas) se emplean cosechadoras integrales con un tambor peinador frontal; con el peinado de las matas la máquina arranca las vainas que son transportadas a su interior para el desgrane, separación, limpieza y almacenamiento en grandes tolvas; deben trasladarse pronto y con temperaturas frescas en camiones a la planta industrial para evitar pérdidas por oxidación y endurecimiento.