En la segunda semana de este mes han coincidido en las proximidades de nuestro puente dos ejemplares de la familia de los mustélidos: una nutria euroasiática autóctona (lutra lutra) persiguiendo y capturando peces a contracorriente a las ocho de la mañana y un visón americano invasor (mustela vison) con actitud de dominador del entorno acuático y terrestre.

La presencia de la señora del río provoca alegría puesto que se la considera como bioindicadora de la limpieza de las aguas: mantiene su pelo lustroso, apretado, lubricado e impermeabilizado y su alimento acuático es abundante; es un testigo del nivel de pureza de las aguas en Villafer, límite entre el curso medio y bajo del Esla y a 173 km del nacimiento, puesto que se la considera muy sensible a determinadas variaciones del medio:   extracciones de áridos, talas de vegetación de riberas, incumplimiento del mantenimiento del nivel ecológico, disminución de población piscícola... y contaminación, sobre todo de productos muy persistentes como los organoclorados de origen industrial (PCBs), plaguicidas (DDTs) , heptacloros y los metales pesados. Para la nutria, mamífero carnívoro, el río es el hábitat donde encuentra refugio y alimento; en sus orillas bordeadas por bosques-galería, sotos e isletas con espesa vegetación ubica la madriguera; el territorio es extenso y conoce a la perfección cada tramo del mismo.

El fantasma del río suele cazar de noche pero también usa la luz solar en las cacerías como comprobamos en el vídeo. Su cuerpo es fino, elástico y alargado y cuando bucea para pescar se desplaza con las patas delanteras y traseras pegadas al cuerpo, propulsándose con la cola que también hace de timón; tiene una gran capacidad de maniobra: gira en la superficie o en el fondo sobre el eje longitudinal, da vueltas sobre sí misma y es capaz de virar en un reducido espacio cuando va a gran velocidad; su cabeza es propia de un cazador subacuático: cráneo ancho, largo y aplanado; ojos y orificios nasales en la parte alta de la cabeza, orejas cortas y redondeadas; los oídos y los orificios nasales disponen de un mecanismo valvular que les permite cerrarse cuando bucea; los ojos permanecen abiertos; al subir a la superficie estira el cuello y gira rápidamente la cabeza de un lado a otro para observar el entorno, devora la presa si es pequeña y vuelve a sumergirse. Pesa 10 kg y mide unos 120 cm, incluida la cola.

La presencia de nutrias en el Esla es el mejor certificado de garantía de que las cosas marchan bien y que la corriente de agua dispone de variedad de peces, anfibios, reptiles, pequeños mamíferos... pero el peligro acecha. La nutria es considerada de "interés especial" por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas; la Directiva Hábitats (92/43/CEE) la incluye en el anexo II como "especies animales y vegetales de interés comunitario" y en el anexo IV como "especie... que requiere una protección estricta"; está incluida como especie vulnerable en el Libro Rojo de los Vertebrados Españoles publicado por ICONA en 1992; protegida por el Convenio Internacional CITES, en el cual se cataloga como "en eminente extinción" y prohíbe explícitamente su comercialización; figura como "vulnerable" en el Libro Rojo de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza...

En cambio el visón americano, de costumbres más terrestres que la nutria, es un colonizador no deseado, peligro para la fauna autóctona y, por desgracia, en alarmante expansión.

 

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