(columba palumbus)

avrio paloma torcaz525x667

Tres palomas encontramos en nuestro entorno: bravía (columba livia), zurita (columba oenas) y torcaz; esta última es la de mayor tamaño y peso; de ella tenemos una población local, sedentaria; en invierno nos visitan fugazmente bandos procedentes del norte y centro de Europa que utilizan dormideros en las choperas. Ambos sexos son prácticamente iguales en el plumaje; la cabeza, desproporcionadamente pequeña para un cuerpo tan grande; el pecho de color rosado; irisaciones verdes y púrpuras en el cuello en el que destaca un collar blanco muy visible, franjas alares también blancas; la cola termina en una ancha banda negra; las patas, rojas. Ave monógama, su parada nupcial consiste en caricias recíprocas de la pareja y el vuelo en parábola del macho con aletazos que interrumpe para descender y terminar planeando; resuena el monótono y reiterado zureo del macho; construyen un somero nido con palitroques en chopos, álamos, sauces, espinos, encinas...; deposita dos huevos blancos que son incubados por la pareja durante 18 días; tras la eclosión alimentan a los pichones durante los primeros días con leche de paloma: una secreción rica en grasas y proteínas del buche de los padres, posteriormente les proporcionan semillas, granos, bayas; en ambas cebas las crías introducen su pico en el de sus padres; abandonan el nido a las tres semanas; suelen hacer tres puestas.

En otoño se convierten en aves gregarias, forman pequeños bandos; durante algunos días aparecen grandes bandadas de europeas que aprovechan el maíz cosechado y vivaquean en las choperas sin hojas, se puede percibir el explosivo ruido de sus alas al iniciar el vuelo.

CANTO