Capreolus capreolus

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Es la especie más pequeña de la familia de los cérvidos de Eurasia; su altura máxima está en 76 cm. y el peso entre 15 y 30 kg.; los cuartos traseros son más largos y elevados que los delanteros; franja negra en el hocico: el bozal negro contrasta con la barbilla blanca. En ellos se da el dimorfismo sexual: los machos portan pequeñas cuernas con roseta, perlas, luchaderas y tres puntas (una hacia arriba, otra para abajo y la tercera hacia atrás) que mudan cada año a principios del invierno (desmogue) y las nuevas alcanzan su desarrollo a comienzos de primavera; mancha blanca en la grupa: escudo anal en los machos en forma de riñón, en las hembras como un corazón invertido. Las crías (corcinos) tienen el manto rojizo salpicado de motas blancas redondeadas con función de camuflaje.

Emite una especie de ladridos cuando se alarma y durante el período de celo. Ha ido prosperando en los últimos años en nuestro entorno aprovechando los sotos y riberas del Esla y se está adaptando a los nuevos cultivos del suelo: las fincas de maíz los protegen durante meses.

Es un herbívoro de reducido volumen estomacal, se alimenta también de hojas, bayas, brotes tiernos, granos… Tiene buenas cualidades natatorias. Sus hábitos son solitarios pero el macho, polígamo, defiende su territorio mediante la ladra y un marcaje olfativo. Es uno de los pocos ungulados con implantación diferida (la fecundación no se da casi nunca en el momento del apareamiento, que suele ser en verano, sino en torno a cuatro meses después); las hembras paren dos o tres crías a finales de la primavera.

Encama durante el día pero en la época de celo el macho puede hacerse más visible y al perseguir a las hembras marca senderos denominados círculos de brujas.