En el segundo control poblacional de jabalí del 2020 por daños en cultivos en el campo de Villafer, autorizado por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de León en la modalidad de aguardo nocturno y cumpliendo las condiciones especiales para evitar contagios del Covid-19, el pasado28 de agosto fue abatido un macho de jabalí de más de 100 Kg.
Al amanecer del día siguiente dos miembros de la Sociedad de Cazadores acudieron al lugar para retirar la pieza hacia el paraje próximo de Las Calabazas, un muladar tradicional donde hasta los inicios del presente siglo los vecinos abandonaban los cadáveres de sus ganados; lobos ibéricos (canis lupus signatus), alimoches (neophron percnopterus) y buitres leonados (gyps fulvus) se daban un gran festín pero ante la enfermedad de las vacas locas o encefalopatía espongiforme las autoridades prohibieron esa vieja costumbre.
Al acercarse al lugar ambos socios observaron que un jamón del jabalí estaba comido por un lobo. Horas más tarde cuando las térmicas se lo permitieron sesenta y un buitres leonados se apoderaron del cadáver; seguramente procedentes de las buitreras de los macizos calcáreos del noreste provincial siguen utilizando sus excelentes adaptaciones para la detección y consumo de carroña de gran tamaño hasta estas tierras del sureste leonés y no sería extraño que alguna de estas aves necrófagas visitase este lugar ya a finales del siglo XX pues disfrutan de una longevidad de unos 35 años.