En una mañana del pasado febrero tres ejemplares de especies ribereñas distintas, en armonía, hacían la digestión muy próximas al escenario de sus capturas en el medio acuático aledaño al puente: el merendero. Son aves invernantes en la zona: muy numerosos los cormoranes grandes y contados los ejemplares de garza real y garceta blanca. El cormorán grande de color negro con brillos metálicos y patas cortas, incansable buceador, se ha saciado de peces en las anchuras y profundidades del cauce del Esla; por su parte la garza real y la garceta grande han mantenido la inmovilidad y el acecho en las orillas como táctica para la captura de cualquier alimento.
Estos cormoranes grandes del Bajo Esla emigran en numerosos bandos formando "V" a gran altura, a la salida del sol, si no llueve, durante el mes de marzo en dirección al noreste; sobrevuelan la localidad y su término; el regreso otoñal a la zona es más enigmático pero en setiembre ya suelen ocupar estas riberas. Las garcetas grandes desaparecen en abril y no regresan hasta octubre. Una agradable excepción nos ofrece la garza real pues dos parejas en los últimos tres años han anidado en una pequeña colonia asociada a una pareja de cigüeñas blancas en La Alameda, no han emigrado.
Vista de un bando de emigración de Cormoranes Grandes hacia el noreste. Marzo del 2011. Villafer.
Pequeña colonia de nidificación de Garzas Reales asociada a un nido de cigüeña blanca en La Alameda. Primavera del 2019. Villafer
Ejemplar de Garceta Grande reposando en la copa de un alto chopo autóctono del Merendero del Puente. Febrero del 2018. Villafer