Durante la segunda semana del pasado mes de septiembre la fauna local sufrió dos bajas significativas de mamíferos omnívoros enigmáticos y misteriosos de campeo nocturno: un tejón común (meles meles) y una Gineta (genetta genetta) ¡¡melánica!!
Del primero, el tejón común, podemos afirmar que comienza a ser abundante en nuestro campo posiblemente por la extensión notable del regadío con un cultivo dominante como el maíz que le sirve de refugio y alimento (sus molares planos y anchos pueden molturar trigo y maíz); las hozaduras en el suelo son numerosas en la búsqueda de larvas de coleópteros, raíces, bulbos, lombrices de tierra, insectos, topillos…; en sus correrías nocturnas aprovecha bellotas, nueces, uvas, manzanas, ciruelas, moras, setas, hojas tiernas o anfibios, reptiles, huevos, aves…; también observamos que es un destructor de enjambres subterráneos de avispas (ver artículo) ya que excava los avisperos con sus uñas poderosas, largas y curvas hasta acceder a las celdillas de los 10 ó 12 panales horizontales y superpuestos de unos 20 cm. de diámetro llenos de larvas. En esos itinerarios nocturnos para alimentarse deben atravesar tres carreteras provinciales; olfato y oído, sus dos mejores sentidos, no les sirven demasiado para evitar atropellos como los que se produjeron en mayo 2008, julio 2012, setiembre 2014, marzo 2016 y setiembre 2016.
La Gineta o jineta mantiene una densidad local apreciable; los álamos, chopos y sauces de la margen izquierda del Esla han colonizado (sobre todo los dos últimos) los distintos colectores que drenan las aguas del campo de tal manera que se ha ensanchado el hábitat tradicional de la jineta. Al comenzar la noche abandona sus cubiles o reposaderos y comienza el campeo rutinario por su territorio; busca insectos, reptiles, micromamíferos, aves y frutos (moras, higos, uvas…); sus armas son la agilidad sobre todo en el salto y el oportunismo; los dormideros de las aves entran en su campeo; en estas rutas nocturnas deben cruzar las carreteras (una paralela al curso del río) y ahí corre muchos riesgos: se han encontrado atropelladas en el puente y en puntos bastante distantes de la ribera izquierda del Esla.
Lo que ha llamado la atención de la última víctima es que se trata de un ejemplar con el fenotipo de MELANISMO tan poco frecuente en la especie y observado una sola vez hace un año en nuestro campo. En la fotografía que presentamos podemos contemplar un macho adulto de pigmentación muy oscura, MELÁNICO, con una longitud de cabeza y cuerpo de 42 cm, 43 cm de cola, de oreja de 4 cm y un peso de 2.200 kg.